Nacional

Animales en la lengua

Por domingo 14 de agosto de 2011 Sin Comentarios

Segunda parte

Por Rocío Reynaga*

Por cierto el verbo viborear, significa criticar, chismorrear, puesto que relacionamos el veneno que arrojan las víboras con las platicas mal intencionadas de las personas, como pudiera ser el chisme, es por eso que viboreamos cuando hablamos mal o criticamos negativamente a la gente.

Otro de los verbos que inventamos es zorrear, haciendo referencia a actitudes del zorro es decir, de espiar, observar, atisbar. El animal es considerado muy astuto, su naturaleza de ser sospechoso y observar muy detenidamente. Es por eso que uno de los sentidos que se han escuchado de zorrear es mirar libidinosamente, de manera lujuriosa, y esa impresión nos dan cuando alguien nos está zorreando.

Otros nombres a partir de los animales

Hay que destacar algunos otros sustantivos que hemos inventado a partir de los nombres de animales debido a sus características. Por ejemplo, con el de lagarto, que quizá por el acto sexual de éste, de encimarse uno con otro, se les llame lagartonas a las mujeres que gustosamente merodean y coquetean, andan de “encimosas” con un hombre generalmente comprometido, por eso es común decir “esa lagartona le quitó el marido a la vecina”, o “mira esa lagartona tan sin vergüenza”.

Otro nombre o sustantivo que hace referencia a “grillo” es el de grillero, designando así a aquella persona que hace manifestaciones, hace alarde para defender una causa ante una multitud, y esa algarabía que provoca se le llama grilla. Entonces oímos frases como, “aquel grillero participa en protesta sindical”. Lo anterior es consecuencia de la relación entre el escándalo que provocan quienes se manifiestan con los cantos ruidosos y molestos que emiten los grillos para atraer a su hembra.

Mientras que con el nombre perro formamos perrón o perrona, y quien lo haya recibido alguna vez, entenderá que lo han calificado como el jefe, o el imponente, el principal, o ser un influyente. Como vemos, esta vez traer alusión a un perro no tiene nada de despectivo, ya que si a un hombre le dicen “eres un perrón para ligar a las mujeres”, seguramente no se sentirá ofendido. De la misma forma, podemos describir a cosas, o situaciones como imponentes, grandiosos o inmejorables, y usar el adjetivo calificativo de la siguiente manera: “te quedó bien perrona la birria”…

En conclusión, hay que señalar que así como aplicamos estos sustantivos o verbos relativos a los nombres de animales, se nos pudieran venir a la mente algunos otros, como por ejemplo: agallón, alacranarse, amarranarse, amulado, arañero, avispado, azorrillados, azorrillar, borregón, borreguero, burrera, burrión, burrioncillo, cachorazo, cachorrita, cachorón, cochicuino, cochinero, cochinita, cochito, cochiza, coyoteando, chivear, chiveaerse, empericar, emperrada, enmulamiento, gallazo, gallinapinta, gallogallina, gatopardo, gatorrengo, guajolotada, mochomear, pajarapochi, pajareada, pajarear, pajarero, pericoperro, perrada y torobuey, etcétera. Sin embargo, seleccioné los que particularmente me son más familiares, además de acuerdo con autores como Francisco René Bojórquez (S/F), Horacio Sobarzo (1991), José Gaxiola López et al. (2002) y Luis Jorge Durón (S/F), quienes han recogido material digno de estudiarse, como los verbos y sustantivos previamente descritos, mismos que se usan a lo largo del estado sinaloense.

*Lic. en lengua y literatura hispánicas/UAS.

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