Adolfo Sánchez Vázquez, falleció el 8 de julio de 2011, a la edad de 95 años. El pensador nacido el 17 de septiembre de 1915, en Algeciras, provincia de Cádiz, España y radicado en México desde 1939, fue destacado integrante de las inteligencias y sensibilidades que partieron al exilio al triunfo del franquismo. “El sembrador de ideas”, desarrolló en nuestro país una labor académica que quedó sintetizada con su nombramiento como Maestro Emérito de la UNAM, en la Facultad de Filosofía y Letras, por más de 50 años de docencia. En su tarea de filósofo le dio especial atención a los temas: teoría y praxis filosófica, estética, lógica, historia de la filosofía y fue un claro ejemplo de la congruencia intelectual y vivencial, producto de la fusión del conocimiento y la práctica que se adopta como norma de conducta. Adolfo fue un español/mexicano que dedicó su tiempo a la Filosofía como expresión integral del sentido de la vida.
La Filosofía Iberoamericana es entre las actividades pensantes de los hispanoparlantes, una actividad intensa y necesaria; por eso creemos que no debería seguírsele considerando una labor “solo para la pureza intelectual” como tradicionalmente se le clasifica. Los maestros, autores, estudiosos, facultades, círculos de estudios, etc. que conforman el universo que produce las ideas dan movimiento y coadyuvan de manera formidable a la renovación cultural y social contemporánea. A esta estirpe perteneció el maestro/autor/ humanista, ser que dejó un legado ético que lo convierte en sólida relación entre el conocimiento y la praxis social, por esa razón los que participamos en La Voz del Norte lamentamos el fallecimiento de Adolfo Sánchez Vázquez que como señalará Víctor Flores Olea: “Fue un hombre profundo, de una sola pieza, antidogmático que para fortuna nuestra decidió hacerse mexicano y vivir entre nosotros.” QEPD.