Por Joaquín López*
El 18 de marzo de 2011, que el Dr. Jaime Labastida renuncia a la presidencia del Colegio de Sinaloa porque la “responsabilidad dentro de la dirección de la Academia Mexicana de la Lengua, cargo que tomó el pasado 24 de febrero” lo obliga a tomar esta decisión para ceder su lugar a José Ángel Pescador Osuna, hago uso de este espacio para dejar constancia de un asunto que involucra al Dr. Labastida, al propio colegio y de paso a la Academia de la Lengua.
Desde que resido en el puerto, los días 5 de enero y 7 de febrero pasan totalmente desapercibidos para los encargados de salvaguardar cuestiones culturales en Mazatlán. La primera fecha es el cumpleaños y el segundo el aniversario luctuoso del mazatleco Alejandro Quijano Sánchez, el primer sinaloense en alcanzar membrecía en la Academia Mexicana de la Lengua; fue además fundador y primer tesorero de la Academia Mexicana de Derecho Internacional, escritor y tesorero de la Cruz Roja Mexicana entre otros cargos.
La obra de Quijano permanece escondida pues misteriosamente, el gobierno del estado, el Colegio de Sinaloa y la Editorial Siglo XXI, sin mediar explicación, suspendieron la publicación de una compilación que hiciera el Dr. Luís Mario Schneider (1931-1999), el mismo que publicó la obra de Genaro Estrada y Antonieta Rivas Mercado entre muchos otros. La obra de Quijano (1342 documentos) preparada, anotada y prologada por Schneider yacen depositadas en algún lugar del Archivo Histórico de Sinaloa en Culiacán desde hace más de 10 años.
Sobre los documentos de Quijano, que guardó el entonces director del archivo Gilberto López Alanís, éste publicó en 2001 un panfleto en el cual explica que por circunstancias desconocidas a él “no se publicó tal compilación y Jaime Labastida remitió el material a DIFOCUR a finales de 1992, específicamente a mi nombre y a la Dirección de Investigación, documentos que deposité en los archivos de tal institución”. Agrega que la investigación posiblemente se llevó a cabo bajo encargo para uno de los títulos de la colección Once Ríos, que coeditaban la Editorial Siglo XXI y DIFOCUR, cuando fungía como director de ambos organismos Labastida Ochoa.
Entre los datos que encontré sobre los Quijano, figura un testimonio de José Martí sobre la brillantez del ingeniero Friaco Quijano, padre de don Alejandro. El otro no menos curioso es el amor que por su hermana Margarita, (nacida en La Paz, B. C. S.) tuvo el bardo zacatecano Ramón López Velarde, según consta en su poemario Zozobra (1919) dedicado a “La niña del retrato”; amor no correspondido y que según dice uno de sus biógrafos, le costó la vida.
El misterio sobre la no publicación de la obra de Quijano se ahonda porque Antonio Haas Espinosa de los Monteros (q.e.p.d.) era sobrino de aquél, según me lo dijo en su rancho de Teacapán; a propósito de su parentesco con el presidente de México, el general Valentín Canalizo. Después verifiqué en el acta de nacimiento de don Antonio Haas Canalizo, padre de Toño y la de don Alejandro, que Procopia Valdés (de Concordia) era abuela de ambos y que los lazos entre estas familias se remontan a la primera mitad del siglo XIX, cuando los generales Benito Quijano y Valentín Canalizo fueron compañeros de armas durante la guerra de Reforma. Sobre lo anterior, Don Antonio López Sáenz recuerda haber visto un cuadro al óleo del general Canalizo en la casa que fue de los Haas en Mazatlán. Haas me comentó que Canalizo fue presidente de la República en varias ocasiones “cuando así lo disponía el general Santana”.
La pregunta queda en el aire, ahora que se menciona la relevancia del paso por la academia de don Alejandro y todos estos distinguidos sinaloenses que incluyen al jurisconsulto Diego Valadés, ¿Cuándo veremos publicada la obra completa de don Alejandro Quijano?
De llevarse a cabo la publicación sería importante incluir algunos documentos y fotografías que han llegado a mis manos, como uno que revela los lazos de amistad entre don Alejandro y Juan de Dios Bátiz Paredes, primer director fundador del IPN en ocasión de la coronación como Reina del Frontón, su hija Yolanda I; evento presidido por el Ing. Eduardo Hay, ministro de relaciones exteriores y su esposa la señora doña Angelina Sainz de Hay, llevada a cabo en “El palacio de la pelota”.
*Cronista de Teacapán.