El 21 de marzo, inicio de la primavera, conmemoramos los 205 años del natalicio del Benemérito de Las Américas. Aniversario que nos permite reflexionar sobre el pensamiento liberal mexicano que en Benito Juárez, encuentra una de sus cúspides. En los tiempos actuales, la actitud social del ilustre zapoteca, originario de San Pablo Guelatao – 1806- en su carácter de pensador, defensor y funcionario de la República adquiere vigencia y necesaria permanencia; en diferentes ángulos de la vida política nacional se manifiesta su presencia como slogan, símbolo o ideal; por su parte, los conservadores todavía no le perdonan la promulgación de las Leyes de la Reforma, que entre otras cosas ordenaron: La separación de la Iglesia del Estado; la nacionalización de los bienes del clero, la creación del Registro Civil como institución gubernamental, la exclaustración de frailes y monjas, y, desde luego, el pecado mayor del juarismo, la derrota a los invasores extranjeros y sus aliados nacionales que soñaron con el Segundo Imperio.
Benito Juárez García, es clara muestra del otro México, el republicano, el que sacrifica las riquezas para atrapar la historia; el México que defiende su esencia, el que ejerce el poder público con austera grandeza. Ese es el legado del Benemérito de las Américas y, este 205 aniversario de su natalicio tenemos el deber/derecho de recordarlo, seguir su ejemplo. En las ceremonias oficiales por su natalicio, se leerán por alumnos, maestros, funcionarios, oradores, loas a Juárez, así se ha hecho por mucho tiempo. Himnos, versos, piezas de oratoria en su honor, volverán a salir del archivo para lucir sus galas del 21 de marzo, nosotros solo le deseamos al cumpleañero, que la patria retome el camino que enseña que “entre los individuos como entre las naciones: El respeto al derecho ajeno es la paz”.