Por César González Gómez*
Varias versiones circulan sobre el origen del béisbol en la República Dominicana que lo sitúa entre 1886 y 1891.
Los antecedentes que datan de 1886 refieren a un buque cubano que llega a descargar azúcar al puerto de San Pedro de Macorís, y sus tripulantes forman dos equipos para celebrar un juego de béisbol.
Es este el indicio más antiguo de béisbol que se ha encontrado en la República Dominicana. Sin embargo parece ser un evento fechado en 1891 el que lleva el juego a establecerse en la capital del país, Santo Domingo.
Como ya lo hemos referido, suelen ser los nativos, socialmente establecidos, quienes aprenden y transmiten el juego al resto de la sociedad.
Los Alomá
Entre los protagonistas de este brote en la capital dominicana se encuentran los hermanos Alomá. Cubanos de nacimiento, llegan a República Dominicana junto al resto de su familia en un lapso que se estima entre mediados y finales de los 1880. No se ha encontrado documentación que permita fechar con exactitud el momento en que la familia Alomá llega a Santo Domingo.
Esta versión sostiene que los hermanos Alomá fueron promotores del béisbol pionero en República Dominicana. Existían dos equipos, uno formado por cubanos inmigrantes, algunos norteamericanos y dominicanos. Este equipo se enfrentaba a una novena formada por norteamericanos trabajadores de la fábrica “La Nacional”, primera cervecera que se estableció en Santo Domingo a partir de 1893.
Los hermanos Alomá, según algunos testimonios, solían reclutar peloteros entre sus amigos y, luego de enseñarles el juego, los integraban al equipo.
Uno de los documentos más interesantes sobre el rol de los Alomá en los inicios del béisbol dominicano es “Dominicana: Catolicismo, Gallos, Revoluciones y Beisbol” que escribe el historiador Frank Peña, donde narra lo siguiente:
“Los hermanos Ignacio (Nilo) y Ubaldo Alomá, cubanos, enseñaron a jugar béisbol a los dominicanos a partir de 1891, cuando la población de todo el país era de unos cien mil habitantes.
Los hermanos Alomá eran herreros y mecánicos de profesión. Cuando llegaron de Cuba, poco antes de 1886, instalaron un negocio de ese ramo en la calle Mercedes de la capital dominicana. Resulta extraño que aun cuando residían en Santo Domingo desde 1880, no incursionaron en la práctica del béisbol sino 12 años más tarde.”
Sin embargo, hallazgos recientes realizados por el editor de este sitio arrojan nueva luz sobre la identidad correcta de los miembros de la familia Alomá, así como sobre su proceso de migración que los llevó de Cuba a República Dominicana.
Esta documentación revela datos sumamente interesantes, como el hecho de que los Alomá no llegan directamente de Cuba a República Dominicana, como se creía, sino que residen un tiempo en Estados Unidos, tal como lo confirma el censo del estado de Nueva York en 1880. Este documento cita a 8 miembros de la familia Alomá viviendo en el 312 de Wyckoff Street en Brooklyn.
Censo de Nueva York, 1880
El censo reporta a Ignacio Alomá, de 39 años y Ángela de 34 como los padres de familia. Los hijos son Ignacio, de 14 años; Julio, de 12; Belén, de 9; Nilo, de 7; Ubaldo, de 6, y Herminia de 4.
Aquí podemos esclarecer otro dato sobre la identidad de los Alomá. Frank Peña, en su documento, refiere que Ignacio y Nilo eran la misma persona. Sin embargo, la información registrada en el censo nos dice que Ignacio y Nilo, en realidad, eran dos personas diferentes. Ignacio era el mayor de los hijos. Tenía 14 años en 1880 y tendría 25 en 1891 cuando supuestamente inicia la práctica del béisbol en Santo Domingo.
En realidad, los Alomá que estuvieron entre los pioneros del béisbol dominicano son Nilo y Ubaldo, dos hermanos con sólo un año de diferencia. En 1880, Nilo tenía 7 años y Ubaldo 6, y para 1891 Nilo tendría 18 y Ubaldo 17. Las edades que tendrían en 1891 coinciden con las edades típicas de la gran mayoría de los pioneros del béisbol en Latinoamérica que normalmente va de los 15 a los 19 años.
Según la información que registra el censo, todos los miembros de la familia son nacidos en Cuba, incluida la pequeña Herminia de 4 años, lo que nos revela que la familia Alomá no tenía más de 4 años viviendo en los Estados Unidos al momento en que se levanta el censo.
Otro documento encontrado en la investigación ayuda a precisar la llegada de los Alomá a Estados Unidos. Es un manifiesto de pasajeros que arriban a bordo del navío “F. A. Server” al puerto de Nueva York, procedente de Cienfuegos, Cuba. El documento está fechado el 25 de Mayo de 1878 y da fe de la llegada de los mismos 8 miembros de la familia Alomá con el respectivo ajuste de edad.
Tomando en cuenta las evidencias, la familia Alomá pudo haber vivido en Estados Unidos desde 1878.
Pero lo que no queda claro es hasta cuándo vivieron los Alomá en Nueva York. ¿En qué año deciden dejar Estados Unidos para emigrar a la República Dominicana?
No hay certeza de la respuesta a esta pregunta. En su escrito, Frank Peña primero dice que los Alomá llegan a Santo Domingo poco antes de 1886, pero luego en el mismo escrito asegura que ya vivían en República Dominicana desde 1880.
Hace eco de esta incertidumbre en su texto y le resulta extraño que si los Alomá ya vivían en Santo Domingo desde 1880 no hubieran incursionado en el béisbol sino hasta 12 años más tarde.
Sobre esto último, el censo de Estados Unidos de 1880 es evidencia que los Alomá aun vivían en Nueva York en ese año y no habían llegado todavía a Santo Domingo y probablemente tardaron tanto en comenzar a practicar el béisbol en Santo Domingo porque su estancia en Nueva York fue más larga de que lo se cree y emigraron a la isla hasta mediados o finales de los 1880.
Un elemento de su estancia en Estados Unidos que nos permite fortalecer esta tesis radica en que la dirección del domicilio que habitaron en Brooklyn en 1880, está a unas cuantas calles de donde, en 1884, sería inaugurado el Washington Park que fue la casa del equipo Brooklyn Atlantics de 1884 a 1891, jugando en la American Association.
Por la cercanía del parque de pelota y su hogar en Brooklyn es probable que los niños Alomá hayan aprendido el béisbol en Nueva York y luego lo llevan consigo a la República Dominicana cuando emigran a finales de 1880 o inicios de los 1890.
Sin duda que poder documentar la llegada de los Alomá a Santo Domingo representa un acertijo genealógico que, de resolverse, arrojaría mucha luz a la historia fundacional del beisbol dominicano.
*Historiador del beisbol mexicano