Por Miguel Ángel Avilés*
A 20 millas al oeste de Coalinga en el condado de Fresno, California, está el llamado cañón de los Gatos, cerca de la ciudad con ese mismo nombre. Ahí, un 28 de Enero de 1948, ocurrió un accidente aéreo que causó la muerte de 32 personas: 4 estadounidenses y 28 trabajadores agrícolas migrantes que estaban siendo deportados de California a México.
Ese trágico, indignante pero poco conocido suceso fue una inspiración, seguramente dolorosa en Woody Guthrie (músico folk estadounidense, conocido por su identificación con la gente común, los pobres , los jodidos así como por su odio al fascismo y la explotación) para escribir una canción que consideraba un maltrato racista hacia los pasajeros antes y después del accidente. Esta canción, “Deportee (Plano Naufragio en Los Gatos)”, nace sobre todo a partir de que la radio y los periódicos al dar cobertura a este escasamente conocido accidente, no dan los nombres de las víctimas sino que simplemente los llaman de manera impersonal como “deportados”.
Un día después del suceso, el New York Times se limita a informar, sólo las de la tripulación de vuelo y el guardia de seguridad. En cambio, las víctimas mexicanas del accidente fueron colocados en una fosa común en el cementerio Holy Cross en Fresno, California. Hubo 27 hombres y una mujer, con sólo 12 de las víctimas nunca se identificó. La tumba es de 84 metros por 7 metros con dos hileras de ataúdes y no todos los cuerpos fueron enterrados el primer día, pero los ataúdes en el sitio contaban con una guardia durante la noche.
A quien consideran que estos mexicanos anónimos formaban parte del programa bracero.
La letra de Guthrie, musicalizada con una melodía inquietante por un maestro de escuela llamado Martin Hoffman, fue popularizada, sería popularizada más tarde por su amigo Pete Seeger.
A quien consideran que estos mexicanos anónimos que motivan la canción, formaban parte del Programa Bracero que consistía básicamente en una serie de leyes y acuerdos diplomáticos creados por el Congreso de los EE.UU. en 1942, que permitió a trabajadores agrícolas mexicanos trabajar en los Estados Unidos debido a la escasez de mano de obra severa causada por la Segunda Guerra Mundial. Bajo los términos del programa, los contratistas de mano de obra garantizarían el transporte hacia y desde la frontera con México, con el , pero en los hechos, está obligación fue cumplida, para variar, al “ahí se va”.
Se dice también que la canción de Guthrie es menos sobre el Programa Bracero en sí y más un comentario sobre la actitud de la sociedad estadounidense y la prensa hacia los trabajadores agrícolas mexicanos.
La canción pues, es un intento de honrar a los migrantes sin nombre. Que pueden ser los que inspiraron Deportee (Plano Naufragio en Los Gatos) y todos aquellos que a los largo de este interminable, riesgoso, obligado éxodo han quedado muertos en tierras norteamericanas sin saberse quienes eran ni de dónde venían. Por eso Guthrie le asignó nombres simbólicos a los muertos: “Adiós a mi Juan, adiós Rosalita, adiós, Mis Amigos, Jesús y María…” Esta historia nos es invención: es recuerdo o es olvido, no sé, pero es historia nuestra (real, también sin nombre) por ahí enterrada.
Ayudemos a exhumarla escuchando estas dos versiones.
*Abogado, escritor y Premio del Libro Sonorens