Por Ulises Cisneros*
La reciente designación de María Luisa Miranda Monreal como nueva directora general del Instituto Sinaloense de Cultura por parte del gobernador Mario López Valdez abre un nuevo capítulo en la historia de la promoción cultural como política pública del Estado.
En la percepción de numerosos artistas, intelectuales, promotores culturales y distintos líderes de opinión que forman parte del público habitual de las actividades institucionales el inicio de dicho capítulo tiene mucho de esperanzador y optimista. Representa un aire fresco que era necesarísimo ya a la dependencia por la evidente complejidad interna que significa haber transitado administrativamente de ser una dirección a un instituto en un plazo que apenas es de dos años y medio.
María Luisa llega al ISIC con un profundo conocimiento sobre sus funciones institucionales, toda vez que en su momento fue parte de ella como delegada regional de la Zona Norte y directora del Museo Regional del Valle del Fuerte. A ello se suma su experiencia como directora de Educación, Acción Social y Cultura del Ayuntamiento de Ahome durante el periodo en que fue presidente municipal López Valdez.
Es la tercera mujer que asume la dirección general en la historia del ahora instituto, anteriormente la Dirección de Investigación y Fomento de Cultura Regional. La anteceden Sandra Calderón Barraza y Lourdes Toledo Ortiz.
De ambas hay una excelente huella de trabajo y de servicio. Sandra Calderón fue prácticamente la fundadora de DIFOCUR y quien dio la pauta para que la promoción cultural fuese considerada por primera vez como una política importante de la agenda pública de gobierno. En su momento, Lourdes Toledo logró consolidar el modelo de crecimiento y desarrollo que se había prefigurado al otorgar especial atención a la formación y capacitación artística y cultural.
Esto permitió una proyección exponencial de la dependencia a nivel nacional e internacional al asumir su presidencia la doctora María Teresa Uriarte de Labastida, quien la dirigió en los hechos, contando con el apoyo de colaboradores como Arturo Guevara, Carlos Ruiz Acosta y José Luis Montaño.
En la sucesión de dirigir los destinos de la institución también estuvieron Sigfrido Bañuelos y Juan Ramón Manjárrez Peñuelas durante el periodo del ex gobernador Renato Vega Alvarado. Tocó a Ronaldo González Valdez conducirla durante la administración de Juan S. Millán y el primer tercio de Jesús Aguilar Padilla, convirtiéndose así en el funcionario con el mayor lapso en estar al frente de ella y con excelentes resultados. Correspondió a Sergio Jacobo Gutiérrez culminar el proceso de transición de la entidad de dirección a instituto, un proceso que había emergido desde principios de la reciente década como indispensable para su crecimiento.
A lo largo de los 35 años de la institución se ha probado su eficiencia al servicio del pueblo de Sinaloa. Aun con periodos en los que se puso a prueba su existencia misma, se logró hacer trascender los escollos y confirmar su pertinencia social.
Esto es natural en la historia de cualquier entidad pública. Nunca estará de sobra afirmar que la institución, por su propia inmanencia, ha tenido periodos de esplendor que han trascendido más allá de los límites del estado. En más de un aspecto ha afianzado su prestigio y liderazgo cultural en la región Noroeste e, incluso, en el conjunto de las demás entidades federativas por la certificación de exitosos resultados en diversos programas por parte del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Con numerosas fortalezas históricas y una gama de espléndidas oportunidades de expansión que ahora se presentan, el ISIC cuenta con una percepción pública plausible de su acción general en virtud de su configuración estratégica para el desarrollo social, cultural y económico de Sinaloa.
Contribuye a esta noción el hecho de que los tres principales municipios del estado, Culiacán, Mazatlán y Ahome cuentan con sus respectivos institutos de Cultura, lo que permite valorar las posibilidades de una mayor ascendencia y beneficio para los ciudadanos en el despliegue de sus planes y programas de trabajo. La conversión de las anteriores direcciones y departamentos municipales en institutos es relativamente reciente y sus logros han sido evidentes al contar con mayores presupuestos y una mejor precisión de su sentido institucional.
Fue notorio el vasto reconocimiento social que de inmediato se dio al asumir Raúl Rico González de nuevo la dirección del Instituto de Cultura, Arte y Turismo de Mazatlán. Con un fuerte compromiso inmediato, la organización general del carnaval 2011, Raúl es una garantía de excelentes resultados. Este mismo sábado 8 de enero dará a conocer la programación específica que, según ha trascendido ya, contará con la actuación del tenor Plácido Domingo en la ceremonia inaugural.
Otro tanto ha sido en Ahome, donde fungirá como directora del flamante instituto, Anabella Gaxiola Castro, quien ya estuvo al frente del área cultural en otro periodo municipal.
Por su parte, en Guasave se desempeñará José Esteban Perales Villanueva como director de Educación y Cultura, mientras que en Salvador Alvarado hará lo propio Rommel Báez Lugo.
En los casos de estos municipios conviene a sus respectivos alcaldes y cabildos revisar la pertinencia de hacer evolucionar tales direcciones en institutos, lo que completaría un conjunto de entidades que, junto con el ISIC, establecerían una estrategia integral de trabajo cuyos mejores beneficiarios serían sus ciudadanos. Desde el punto de vista meramente poblacional, y considerando el hecho de que los guasavenses y alvaradenses cuentan con una infraestructura básica para la difusión artística, como son sus respetivos auditorios, que se fortalecería con nuevos espacios de formación, desplegar una acción en bloque de las dependencias culturales como institutos de los cinco principales municipios de Sinaloa atraería mayores recursos por parte de la federación y del estado y, asimismo, de la iniciativa privada a través de sus diferentes fundaciones culturales y de las aportaciones que cabría recibir mediante la procuración de fondos. Al momento de escribir estas líneas está pendiente el nombramiento de quien asumirá la dirección del Instituto de Cultura Culiacán, fundamental para la tarea de promoción estratégica que importa a los sinaloenses que se desarrolle en estrecha coordinación y beneficio de todos para alcanzar una mejor impacto en la calidad de vida.
Otras saludables noticias se suman en la comprensión de la visión general del trabajo cultural en el estado: La designación del doctor Francisco Frías Castro como secretario de Educación Pública y Cultura y la de Oralia Rice Rodríguez en la Secretaría de Turismo, ambos con notables méritos en sus respectivos desempeños y con una sensibilidad innovadora en lo que compete a participar con nuevos programas vinculados a la promoción cultural desde sus respectivos ámbitos.
El esquema se completa con las demás dependencias públicas que forman parte de dichos sectores. La sinergia institucional que se produzca al hacer coincidir acciones transversales redundará en la consecución de los nuevos retos que impone proyectar a Sinaloa con una identidad cultural sólida y reconocible más allá de nuestro territorio.
*Escritor y periodista cultural.