Al hacer un recuento del desarrollo cultural en Sinaloa en los últimos años, y ver cubiertas al cien por ciento la mayor parte de las metas en materia de cultura del plan estatal de desarrollo de la pasada administración estatal, en donde destacó, desde luego, la promulgación de la Ley Estatal de Cultura que desembocó en la creación del Instituto Sinaloense de Cultura. Además, de la creación de las Escuelas Superior de Artes y de Danza, en las cuales se imparten más 20 licenciaturas.
Importante también, es hacer notar el esfuerzo desplegado en el programa Sinaloa un Estado de Lectores, en donde se atendieron a miles niños y jóvenes agrupados en cientos de círculos de lectura distribuidos en los 18 municipios de la entidad.
Cada mes de cada año, se reunieron en tres ocasiones cada uno de los círculos de lectura con una asistencia promedio de 30 participantes.
En estos círculos los lectores se reunieron en las casas de cultura de los municipios, escuelas públicas, bibliotecas, museos comunitarios y otros espacios públicos. Su quehacer incluyó conferencias, pláticas, cuenta cuentos, presentaciones de libros y otras actividades, en donde la invitación a la lectura siempre fue el eje de todos los esfuerzos.
Un puntal importante de este esfuerzo fue el programa Becas al Lector en donde se entregaron estímulos económicos a jóvenes de 13 a 25 años de las principales ciudades del estado que fueron seleccionados a través de una convocatoria abierta.
Al darles la bienvenida a las nuevas autoridades que encabezarán un nuevo ciclo de vida institucional, el fortalecimiento de la actividad cultural deberá consolidarse, a través de programas exitosos como el de Sinaloa un Estado de Lectores, como uno de las vías de acceso para lograr un desarrollo de bienestar sostenible de la población sinaloense.
Indispensable para lograrlo, será dar a la política cultural una dimensión de política de Estado, para que no esté sujeta a los vaivenes sexenales, sino establecer una sustentabilidad de los esfuerzos de cada administración estatal.