Por Mario Arturo Ramos*
El domingo pasado, 14 de noviembre, llegué a Guamúchil, Sinaloa, procedente de la Feria del Libro, Hermosillo 2010, donde participé del lunes 8 al miércoles 10, impartiendo el taller “Los poetas en la música”, en la Escuela de Música de la Universidad de Sonora, misma institución en la que presentamos en su Facultad de Letras y Lingüística, nuestro semanario La Voz del Norte y que pertenece a ustedes -lectores- y a nosotros -autores, directivos, ejecutivos-, el jueves 11. Después de mi largo viaje terrestre y nocturno, visite Plaza Platinos. Centro comercial ubicado en la ciudad que fue el amor geográfico de Pedro Infante.
En una de las salas cinematográficas de la plaza, se exhibía el último filme del laureado y controvertido -por sus aventuras sexuales- director franco/polaco -18 de agosto de 1933-, Roman Polanski: “El escritor fantasma” (The ghost writer). La cinta ganadora del Gran Premio Internacional de la Crítica Fripesci, galardón que es entregado de acuerdo a la opinión de 296 críticos de todos los rincones del planeta que juzgan a las películas que se estrenan internacionalmente a partir de julio 2009, se entregó dentro del marco de las actividades de la inauguración de la cincuenta y ochoava edición del Festival de Cine de San Sebastián, España. Al poco tiempo la obra se hizo merecedora al Oso de Plata otorgado al mejor director del Festival de Berlín 2010.
Con los amigos de la Región del Évora comenté que la película bajo la dirección del franco/polaco es una muestra sobresaliente del séptimo arte. Ya que cuenta entre sus atributos con un guión escrito por Polanski y Robert Harris, basado en la novela de la autoría del propio Harris; que tiene en su elenco la participación de Ewan McGregor, Pierce Brosnan, Olivia Williams, Kim Cattrall, Tom Wilkinson, Timothy Hutton, James Belushi, Roberyt Pugh y la actuación especial del primer actor Eli Wallach; que su música pertenece al destacado compositor Alexandre Desplat y su fotografía al artista de la imagen, Pawel, elementos que en su conjunto dan forma a un triller que une a la intriga y el ejercicio político para deleite de los cinéfilos que buscan en la pantalla otras opciones al cine facilón y taquillero. Recomendé la asistencia a la sala de Plaza Platinos y felicité sinceramente a los directivos del centro comercial por poner al alcance de los guamuchilenses, cine de arte, producto del talento de un director que más allá de las controversias por su conducta, enriquece la historia del arte contemporáneo. Al saborear una taza de café recién tostado, señale profundamente convencido, lo mismo que ahora escribo: No dejen de ver la última de Polanski, “El escritor fantasma”, se las recomiendo.
*Autor e investigador.