Ya bastante problemas le había ocasionado su hijo Enrique, desde que viniero de Guadalajara, Jalisco a vivir a Culiacán para andar todavía en estos trotes.
–Hay vieja, si vieras, en lo que se ha metido, primero ya viste, casarse con una de las Rojo de Sinaloa, habiendo tantas muchachas bonitas en Culiacán; después radicarse en Mocorito; luego el volantín que agarro con José Sabás de la Mora y Sixto Osuna, en la publicación del semanario Voz del Norte y su slibros de poemas que tanto lo hicieron sufrir, al tiempo Prefecto de Mocorito; luego en El Fuerte, y otra vez de aquí para allá, y hoy en Mazatlán ¿Cómo la vez? Dizque pronto llegará a secretario general de gobierno del gobernador Diego Redo de la Vega, con lo candente que están las cosas.
Así meditaba el anciano profesor, recordando a su querida Feliciana, en la antesala del oficial del registro civil, el Sr. Martín Careaga del puerto de Mazatlán, esa mañana del 11 de octubre de 1910. El día anterior su hijo el Dr. Enrique González Martínez le había urgido a presentarse muy temprano con don Martín, para solicitarle un acta de nacimiento.
–Me urge Papá, solo tu puedes dar fe de mi nacimiento en Guadalajara, Don Martín te va a estar esperando, ya hable con él.
–¿Cómo. Te vas a registrar a tus treinta y nueve años?
–No tengo otra opción; de aquí a que solicitre copia al Registro Civil de Guadalajara, y llegue por correo me agarra el pitijuy, esto no espera y la solución la tienes tu, afortunadamente. No te preocupes te acompañaré.
Así que, desde las diez de la mañana ya estaban padre e hijo, atestiguando el contenido del acta número 563, que al texto se lee:
“En la ciudad de Mazatlán, a las 11 de la mañana del 11 de octubre de 1910, mil novecientos diez, ante mi Martín Careaga, Oficial del Registro Civil, compareció el ciudadano José María G. González, originario de Guadalajara, Jalisco accidentalmente vecino de este puerto, mayor de edad, viudo, profesor de instrucción pública, con domicilio en casi sin número de la calle Venus y presentó a un adulto vivo, que nació en la ciudad de Guadalajara, Jalisaco, en casa sin número de la calle de la Parroquia, a las 8 horas 30 minutos de la mañana del dia 13 de abril del año de 1871, mil ochocientos setenta y uno, a quien puso por nombre Enrique González Martínez, hijo legítimo del exponente y de su esposa la finada señora Feliciana Martínez de González. El adulto presentado es nieto en línea paterna de los finados señores Agapito Gutiérrez y Tomasa González; y por la materna los señores Buenaventura Martínez y Pía Bussi también finados. Fueron testigos de este acto los ciudadanos Arturo Bastidas, Demetrio F. Sotomayor y Baltazar Inzunza; mayores de edad empleados públicos, mayores de edad domiciliados en la casa municipal; el primero originario de San Ignacio, soltero, el segundo, del Rosario, Sinaloa, casado; el tercero, de la Brecha Distrito de Sinaloa, soltero. Leída la presente acta al exponente y testigos ratificaron su contenido y firmaron. M. Careaga. José María G. González. Arturo Bastidas. Enrique González Martínez. D. F. Sotomayor. B. Inzunza. M. Careaga. Rubrica”. (Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa, Serie Registro Civil, Distrito de Mazatlán, libro 15,442, año de 1910).
Poco tiempo después, en diciembre de 1910, el Dr. Enrique González Martínez despachaba como secretario general de gobierno del estado de Sinaloa; meses antes había acompañado al gobernador en su gira por el estado de Sonora, participado como orador principal del ágape en la ciudad de México en honor del vicepresidente Ramón Corral; Gabriel Leyva Solano había sido asesinado en Cabrera de Inzunza; Francisco I. Madero había recorrido Sinaloa con su posterior derrota en las elecciones presidenciales y don Porfirio Díaz parecía firme, con su uniforme lleno de medallas, cubriendo con aire triunfal, su debacle interna.
*Director del Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa.