Por Redacción
En el marco del III Encuentro Estatal de Cronistas e Historiadores convocado por la entonces Dirección de Investigación y Fomento de la Cultura Regional, la Universidad Autónoma de Sinaloa, la Universidad de Occidente, la Crónica de Culiacán, la Unidad Estatal de Culturas Populares de Sinaloa y el Ayuntamiento local, los cronistas sinaloenses, que desde los dieciocho municipios del estado, se dieron cita en el puerto de Mazatlán el 3 de diciembre de 1999, constituyeron la Crónica de Sinaloa.
El objetivo fijado era constituir una asociación civil, que sin fines políticos y lucrativos, y con un espíritu incluyente, sirviera a los municipios y sus comunidades “para el rescate de nuestra identidad a partir del conocimiento de sus primeros valores”.
Son diez años ya, a través de los cuales se ha podido consolidar la organización de cronistas e historiadores en el estado, tiempo en el que los miembros de la asociación han contribuido en la reconstrucción de la memoria histórica y la vida cotidiana de nuestros pueblos.
La creación, el rescate y fortalecimiento de los archivos municipales actuales no se explicaría sin la contribución de los cronistas locales. De igual forma, los cronistas sinaloenses han colaborado, a veces no como quisieran, en la defensa del patrimonio histórico de varias zonas de Sinaloa y con ello han impedido la destrucción de importantes vestigios arquitectónicos que son parte del desarrollo cultural del estado.
Importante también fue su participación en la creación de la ley de cultura estatal, en donde si bien es cierto, no se alcanzaron cambios en la ley de gobierno municipal del estado de Sinaloa para darle mayor certeza al trabajo de los cronistas municipales, lograron incorporar varias iniciativas al nuevo marco jurídico.
Sin más pretensiones que la de seguir cumpliendo con su objetivo fundamental, los cronistas sinaloenses, a casi once años de su agrupación, siguen tejiendo la historia del tapete cultural de Sinaloa.