Por Juan Cervera Sanchís*
No sé sí tú,
yo sí
platico
con el sol,
porque el sol habla;
habla y piensa
y me cuenta
sus penas y alegrías;
porque el sol
llora y ríe
como tú
y como yo,
pues el sol,
como yo
y como tú,
amor, amor, amor,
sabe que ha de morir
y que apenas será,
apenas apenitas,
ceniza,
gris olvido.
No sé si tú,
yo sí.
Yo sí,
yo sí comparto
con el sol
el misterio,
este hiriente misterio,
este doliente misterio
de estar vivos.