Por Redacción
Desde el inicio de esta nueva época hemos estado dedicando cada edición a un municipio de nuestro estado, así gozamos recreando la geografía sinaloense, desde Enrique González Martínez paseando por la viejas calles de Mocorito hasta recordar a la Lupita de Culiacán, desde la catedral hasta el hospital del Carmen, pasando por Pedro Infante por la “quinta avenida” de Guamúchil; qué decir de los ecos eternos del Rayo de Sinaloa por la sierra cosalteca y de las incursiones del muy magnífico señor Nuño Beltrán de Guzmán a la tierra de las míticas amazonas del pacífico, para ir forjando la geografía y el carácter e identidad de los sinaloenses, desde la Sierra Madre Occidental hasta el Mar de Cortés y del milenario río Zuaque hasta la zona del río Cañas.
Ahora, bajo la “batuta del millonario de Los Mochis” se ofrece esta edición al municipio norteño de Ahome, aquella región que inspiró a Owen al proyecto de socialismo utópico a fines del siglo XIX y en la apertura del siglo XX el empresario Benjamín Johnston, con su ingenio azucarero, imprimió el sello modernista a la hoy centenaria ciudad de Los Mochis.
Hoy la zona norte de Sinaloa emerge, bajo la inspiración de Owen y Johnston, y la plataforma del puerto de Topolabampo, para que Ahome sea el escenario de una nueva etapa del desarrollo regional de México.
Citando a Adrián García Cortés: “Todo ello sueño a fantasía y a noches de luna en el luminoso cielo sinaloense; pero, a decir verdad, el escenario inspira a ésta y más fantasías. Así lo soñó un día, por ejemplo, Albert Kimsey Owen, cuando al anochecer tuvo que dormir en descampado frente a la bahía de Ohuira, hace ya un siglo. No había nada, entonces, de acondicionamiento humano; hoy, sin embargo, Mochis-Topolobampo, unidos ya por un corredor de claro signo desarrollista, donde un aeropuerto recién inaugurado, y una terminal ferroviaria turística, tiene siempre el sueño de Ohuira”.
O como lo dijo Owen en 1872: “ahí estaba Ohuira… donde el mar se mete en la tierra”.
Así, montados en La Voz del Norte seguimos recorriendo la geografía sinaloense, palmo a palmo, de la mano de nuestra historia y con la mirada puesta en el futuro.