Tomado de El Financiero
Por Redacción*
El héroe mexicano ha sido incluido en murales, gráfica popular, fotografía revolucionaria, entre otros.
Asimismo, el caudillo es ícono en souvenires y graffitis
México.- Emiliano Zapata es el héroe mexicano que más artistas plásticos han plasmado en toda la historia del arte, a través del muralismo, la gráfica popular y la fotografía revolucionaria, hasta la época contemporánea con las posvanguardias.
Asimismo ha sido tomado también como ícono en souvenires y graffitis, se ha convertido en una de las iconografías más notables en la historia visual.
Así lo señaló la historiadora de arte María Helena Noval, coautora del libro “Zapata en Morelos”, con el historiador Salvador Rueda, obra que sirvió de base para el montaje de la exhibición homónima que se inaugurará este 5 de julio en el Museo Nacional de Historia “Castillo de Chapultepec”.
La exposición, organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Gobierno del Estado de Morelos, además de reunir objetos históricos presenta un video con una secuencia de rostros del Caudillo del Sur, que dan cuenta de la interpretación que han hecho de él un sinfín de creadores.
Incluye también fotografías históricas y tres obras plásticas de autores recientes.
Y es que pinturas, litografías, dibujos, fotografías, arte objeto y más recientemente imágenes en souvenires y graffitis, forman parte del mosaico de reinterpretaciones de la imagen del jefe revolucionario, elaboradas durante casi 100 años por diversos artistas.
Entre ellos figuran Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Juan O’Gorman, José Chávez Morado, Raúl Anguiano, Alfredo Zalce, Arnold Belkin, Alberto Gironella, Julio Galán y Germán Venegas.
Las imágenes emblemáticas del Archivo Casasola de la Fototeca Nacional del INAH y las del fotógrafo Hugo Brehme, son otros ejemplos de la producción visual generada a partir de la imagen del héroe sureño, misma que, dada su connotación cultural, también ha sido aprovechada con fines de lucro.
Su rostro o algún otro elemento de la iconografía zapatista, ha adornado productos como tequilas, camisetas, portadas de libros, discos y cuadernos, así como objetos decorativos, con la finalidad de introducirlos en la sociedad de consumo.
Desde los años 20 del siglo pasado, Emiliano Zapata ha inspirado gran número de homenajes visuales entre artistas vinculados con la Escuela Mexicana de Pintura, la Escuela Mexicana de Escultura y el Muralismo, al margen de afiliaciones y diferencias políticas, refiere Noval.
En lo que toca al arte de la lente, se han elaborado miles de imágenes zapatistas, copiando y resignificando las fotografías del caudillo captadas por Hugo Brehme y la agencia de Agustín Víctor Casasola, y aunque éstas son pocas, las reinterpretaciones del icono no acaban.
María Helena Noval recordó obras como las de Rivera en las que sobresale un Zapata vestido de indio, todo de blanco y con una mirada dulcificada, que contrasta con las fotografías que publicaba en 1913 el periódico “El Imparcial”, presentándolo con pies de foto que daban cuenta de un roba vacas.
Explicó que los miembros del Taller de la Gráfica Popular también recurrieron a la iconografía zapatista para ilustrar publicaciones antiporfiristas y pro revolucionarias, como “El Ahuizote”, “El Hijo del Ahuizote” y “El Bisnieto del Ahuizote”, porque el Caudillo del Sur se atrevió a tomar una posición radical y sostenida con respecto a la justicia.
“Además vestía de charro mexicano mostrando una dignidad y una elegancia inusuales en los pobladores menos favorecidos económica y socialmente”.
La historiadora recordó también obras pictóricas de Arnold Belkin, como la serie Zapata II y La llegada de los generales Zapata y Villa al Palacio Nacional el 6 de diciembre de 1919, quien guiado por su interés en la pintura histórica y respondiendo a su formación como muralista en México, retrató varias veces al héroe morelense.
Para quienes integraron la Generación de la Ruptura, Zapata no era la revolución que el discurso político convirtió en imagen gastada, ni la pureza del hombre que busca el bien común.
Alberto Gironella, quien se integró a este grupo en ocasiones, recurrió al tema aplicando su estilo y técnica relacionados con el mundo teatral y el arte barroco.
Más adelante, algunos artistas relacionados con el neomexicanismo han aprovechado la imagen zapatista como inspiración, tal es el caso de Julio Galán y Javier de la Garza. De este último, una pieza realizada durante el Mundial de Futbol de 1986, muestra el retrato de Emiliano Zapata y una pelota flotando a ras del suelo.
Noval también hizo mención a los atributos físicos de Emiliano: “su elegante y delgada figura corporal, penetrantes ojos oscuros y bigote pobladísimo, dieron pie a gran cantidad de retratos realistas”.
La historiadora del arte aseguró que en el imaginario, “todos los mexicanos tenemos a un Zapata dentro de la cabeza, pero no es el mismo que vivió, creamos una imagen a partir de conceptos que le vamos agregando a la figura original, el resultado es un mito, pero también la resignificación del significante que fue Zapata”.
Es así que la exposición “Zapata en Morelos” además de ofrecer una visión histórica del movimiento social que los zapatistas construyeron, también presenta la lectura de los artistas plásticos y fotógrafos hasta llegar a una convención estética que permite identificar al caudillo independientemente de quién lo plasme, finalizó Noval. (Con información de Notimex/GCE).