Por Redacción*
Reconocen que el portugués fue una de las principales figuras de la literatura del siglo XX Fallece a los 87 años de edad en su casa
México, 19 de junio.- Luego de compartir recuerdos y opiniones acerca de la obra del escritor portugués José Saramago, autores mexicanos, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Bellas Artes lamentaron el deceso del Premio Nobel de Literatura 1998 ocurrido el viernes pasado.
Sus colegas mexicanos coincidieron en que Saramago, quien falleció a los 87 años de edad en su casa ubicada en la isla canaria de Lanzarote, España, sin duda fue una de las principales figuras de la literatura del siglo XX, al destacar como poeta, novelista, dramaturgo y apostara en su obra por la necesaria y positiva transformación de la sociedad.
Jaime Labastida, quien fuera director de la revista “Plural” (en la que colaboró el Nobel portugués), recordó el contacto que mantuvo con él y comentó que el propio Saramago hizo referencia a Plural en sus memorias que llevan como título “Cuadernos de Lanzarote”.
Sobre el trabajo de Saramago como escritor, Labastida opinó que “revolucionó en buena medida la escritura narrativa en lenguas romances. Cabría subrayar un hecho de una importancia extrema: Mientras que el español tiene 10 ó 12 Premios Nobel, el primero que recibe la lengua portuguesa es el de Saramago.
“No obstante la importancia de la lengua portuguesa y de su literatura, no había nadie que lo hubiese recibido hasta que lo recibió Saramago. Eso indica ya de entrada una importancia enorme de la obra de Saramago”, puntualizò.
Labastida recordó que la primera novela que leyó de él fue “Memorial del convento”, la cual le pareció deslumbrante por la manera en que desmitifica a ciertos personajes históricos. “Es una forma, digamos, distinta de hacer literatura, la que él puso en acto””, afirmó.
A mí me interesó desde un principio mucho, continuó, he seguido leyendo la obra de Saramago y me interesa además su posición de hombre independiente. Trató temas que son tabú en general en nuestros pueblos, particularmente el tema religioso, con un carácter muy audaz y muy independiente.
Por su parte, el escritor Sealtiel Alatriste, actual Coordinador de Difusión Cultural de la UNAM, recordó a Saramago como una persona “profundamente civilizada” y coincidió con él en varios momentos de su vida, como cuando fue su editor en México, así como en la ocasión en que el novelista portugués participó en el Foro Universal de las Culturas en Barcelona.
Otro momento, dijo, fue cuando juntos visitaron a las víctimas de Acteal, un mes después de la matanza en esa población chiapaneca.
“Fue un gran amigo, un hombre muy íntegro, muy fiel a sus propias causas, a su pensamiento, a sus cariños, y tenía esta facultad de poder estar con gente que no necesariamente coincidía con su manera de pensar y respetarla y quererla, y él seguir pensando como pensaba”, compartió el autor de “Por vivir en quinto patio”.
Alatriste calificó al Nobel como un hombre totalmente dedicado a su profesión de escritor. “Allí uno puede ver que en la intimidad y en la vida pública era igual y que siempre fue muy congruente con lo que quería”.
Por otro lado, era un escritor que no hacía literatura de su vida. En su vida hacía literatura”, señaló.
Antes que Alatriste, su primer editor en México fue Hernán Lara Zavala, quien en la UNAM le publicó el libro de crónicas “El equipaje del viajero”. El contacto con Saramago se dio a raíz de un encuentro internacional de narrativa en Morelia, a principios de los años 90, cuando el autor de “El viaje del elefante” no era aún tan conocido en México.
Lara Zavala rememoró la participación de Saramago en ese encuentro y lo recordó “como era él, siempre muy bien vestido, de traje; siempre muy participativo, en el sentido de que no había una pedantería de su parte de no asistir a las ponencias”.
El autor de “Península, península” consideró al Nobel portugués como parte de una especie en peligro de extinción. “Fue un hombre muy comprometido con su ideología; fue uno de los últimos comunistas. En verdad siempre admiré su valentía y también su claridad. En el Foro de Barcelona, todo mundo decía que era un referente moral de la humanidad”,
En tanto, la narradora Ana Clavel, afirmó que cuando conoció la obra de Saramago, le pareció un autor barroco, muy complejo. Sin embargo, pese a su reticencia a leerlo, quedó fascinada cuando leyó “Ensayo sobre la ceguera”. (Con información de Notimex/CFE).
Tomado de El Financiero