Por Ulices Cisneros*
Un revelador dato sobre la preeminencia de la música y del canto en Sinaloa nos compartieron los maestros Ricardo Rodríguez y Sergio Martínez: De cada 100 niños sinaloenses, 60 son afinados y tienen una predisposición natural para el cultivo y aprendizaje de estas artes.
La aseveración hecha por ambos maestros, el primero, coordinador de producciones artísticas del Instituto Sinaloense de Cultura, y el segundo, director del taller y el Coro de la Ópera de Sinaloa, se fundamenta en una investigación actualmente en curso que dio tan significativo indicador como un resultado preliminar. Más aún, comparado con otras entidades como Nuevo León, un estudio similar arrojó que 3 de cada 100 menores cuenta con la característica básica de afinación vocal y auditiva que, a nivel individual, permite estimar las aptitudes natas para su posterior desarrollo, previa formación académica.
El contraste en la diferencia de rangos es evidente:
Puede afirmarse que en Sinaloa hay una predisposición natural entre su población (“casi genética”, consideran ambos expertos) para la música. Las variaciones comparativas con otras regiones o estados de la república confirman la prominencia de esta variable estadística que es, sin duda alguna, sustancial para el diagnóstico y la posterior aplicación de políticas públicas de educación artística en la entidad.
A tan importante dato se agrega el de contar con la certeza de una tendencia entre las voces femeninas de la categoría de soprano lírica spinto (es decir, de una amplia tesitura que alcanza registros de voz “gorda” –como se acostumbra manejar coloquialmente en la jerga operística- para distinguir aquellas voces de una gran potencia y de una tonalidad densa, grave u oscura para los matices que se requieren en alguna interpretación vocal de alta presión subglótica. Ejemplos: Una Renata Tebaldi (en materia operística) o una Christina Aguilera (en materia del género pop).
Pero también se advierte la predominancia de la mezzo soprano, una categoría de voz que registra notas graves reforzadas y con capacidad para el vibrato rápido y controlado y una gran agilidad en las escalas y los arpegios. Verbigracia: Una voz apta para interpretar la “Carmen”, de Bizet. En cuanto a los varones, es notoria la tendencia de voces de tenor y de barítono.
Al respecto, empiezan a descollar algunos cantantes como José Manuel Chu Reyes y Carlos Osuna. De las mujeres, una Oralia Castro. Los antecedentes en Sinaloa de su gran tradición musical se confirman con el registro histórico, visible socialmente desde mediados del siglo XIX, se ha extendido hasta nuestra época con la proliferación de solistas y grupos que han destacado en diversas etapas, tanto en el nivel de la música académica como en el de las expresiones populares.
Pero se prolonga aún más en el tiempo, según Sergio Martínez, puesto que, para fortuna del rescate histórico de la música en Sinaloa, recientemente se descubrió un misal en el templo de San Javier, del municipio de San Ignacio, que data del siglo XVIII y que se atribuye a los jesuitas, en el que se ofrece una versión de misa cantada con el protocolo ritual que impone la complejidad de un acompañamiento musical y coral respectivo.
Lo anterior se empata con el hecho de encontrar que, en San Javier, se ha preservado la escenificación del misal a través de las diversas generaciones desde entonces. Sus habitantes han mantenido el legado de sus ancestros. El libro que lo contiene es un valiosísimo documento que ha resistido el paso del tiempo.
A pesar de los siglos transcurridos, persiste la huella de la misión civilizadora de la orden jesuítica en nuestra tierra. Las artes y la cultura en general, como siempre, confirman que son lo mejor de la expresión humana.
Maestros de la Escuela Superior de Artes del ISIC, ambos artistas han sido productores y directores de algunos montajes de ópera y zarzuela y con cierta frecuencia han sido partícipes en los conciertos regulares de la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes y de algunos otros conciertos de música de cámara.
Son también los responsables de la formación académica del millar de niños que forman parte del Coro Monumental de Culiacán, cuyas actuaciones han estremecido a quienes lo han escuchado por el potente armónico que significa reunir un conjunto de tal tamaño.
Su experiencia de trabajo en Sinaloa ha sido fructífera desde hace unos cuantos años. Las pruebas al canto están entre los alumnos que forman parte de las Galas de Ópera que durante este mes de junio se sucederán en el teatro “Socorro Astol”. En esta semana presentaron una gala dedicada a las óperas de Mozart con una selección de arias a cargo de varios de los alumnos más avanzados.
Las buenas noticias compartidas por Rodríguez y Martínez van en paralelo con la invitación hecha por la Sinfónica de Dallas al maestro Gordon Cambpell, titular de la OSSLA, para dirigir el concierto sinfónico en homenaje a Pedro Infante este viernes 4 en Texas.
El programa se integra con una selección de 22 piezas, algunas instrumentales y otras con el acompañamiento del tenor Chu Reyes, y la conducción de la actriz Angélica Aragón.
De acuerdo con la información que obtuvimos, estaban agotados los boletos para 2 mil 300 personas desde una semana atrás. Campbell tuvo la gentileza de compartir con el público de Radio UAS, en nuestro programa de “Las alas del caballo”, la primicia del máster original de la grabación hecha del concierto dedicado a Infante, del que escuchamos algunas canciones. El disco compacto aparecerá en unos cuantos meses más.
A todo esto se eslabona el concierto de la OSSLA que dirigirá el maestro Eduardo Sánchez-Zúber, titular de la Orquesta Sinfónica de Michoacán, en Guasave el sábado 5 en el auditorio “Héroes de Sinaloa”. El programa incluye obras de compositores mexicanos como Eduardo Gamboa, Joaquín Gutiérrez Heras, Carlos Chávez, Samuel Zyman y Silvestre Revueltas.
Según el mismo director huésped, la Sinfónica de Sinaloa es a su juicio una de las tres mejores de la república en la actualidad por la calidad de sus ejecutantes. De hecho, existe un convenio de intercambio de los atrilistas de ambas orquestas.
Por si fuera poco, Sánchez-Zúber, uno de los mejores violinistas de México, nos confesó con orgullo y cierto rubor que su padre es originario de Mazatlán, por lo que lleva en su cepa genética el ya reconocible sello de la natural predisposición y talento para la música entre la ascendencia sinaloense, sutil coincidencia que corrobora lo dicho por Sergio Martínez y Ricardo Rodríguez.