Por Juan S. Avilés Ochoa*
Mocorito es un pueblo de tradición prehispánica reconocida por los testimonios arqueológicos que en él se encuentran y porque de hecho las cró¬nicas de la conquista lo consignan como uno de los lugares que incluyó el reconocimiento de las tropas de Nuño de Guzmán. En 1533 Sebastián de Evora proveniente de la Villa de San Miguel de Culiacán llegó hasta el Valle de Mocorito denominando esta región con su nombre. Recibió por ello a los indios en encomienda, y el territorio se incorporó a la provincia de Culiacán, del reino de la Nueva Galicia. La fundación hispánica del pueblo y misión de San Miguel de Mocorito data de 1594 y estuvo a cargo de los jesuitas Juan Bautista de Velasco y Hernando de Santarén.
Se tiene referencias de la construcción de la iglesia de la actual parroquia, cuando to¬davía era misión, en primer lugar de 1752, en que al pasar por Mocorito camino de Califor¬nia el padre Jacobo Baegert, dijo que estaban techando la iglesia con vigas de cedro y que era la primera iglesia de cal y canto que había visto en el camino desde Tepic. Una de las ac¬tividades económicas de finales del siglo XIX que tuvo su época de bonanza fue la minera, pues “la villa se convirtió en un próspero cen¬tro comercial para el abastecimiento de los fundos mineros como Magistral, San Miguel y Bequillos, donde se producía oro de exce¬lente calidad, Palmarito, productor de plata y San Benito y Bacamacari, explotadores de cobre”. Esta actividad económica impactó en la arquitectura de la cabecera, al construirse edificios de gran importancia para el asenta¬miento, no sólo en la cabecera, sino también en los alrededores.
El centro histórico de Mocorito abarca una superficie de 48.41 hectáreas y en él se encuentran 140 obras arquitectónicas rele¬vantes, construidas entre los siglos XVIII, XIX y la primera mitad del siglo XX, en los que se combinan diversas manifestaciones arqui¬tectónicas de cada etapa histórica. Adicional¬mente, el Panteón Reforma, con un área de 1.4 hectáreas, contempla un total de 83 tum¬bas que son obras arquitectónicas relevantes, construidas en el periodo de finales del siglo XIX (1867) y principios del siglo XX (1936). Se incluye la tumba localizada fuera de su terre¬no. Uno de estos inmuebles ha sido destina¬do al culto religioso como es el templo de la Purísima Concepción (antes destinado a San Miguel Arcángel), localizado en el centro del trazo del asentamiento. Los inmuebles se en¬cuentran en función de su cercanía al templo y plaza, su trazo sigue el curso del antiguo Ca¬mino Real y de las Diligencias, y a su vez, con su disposición definen el trazo semiregular de las calles, están compuestos por fachada so¬bre el parámento, después un zaguán que da acceso, una sola crujía donde se encuentran las habitaciones y en el interior un portal sen¬cillo o doble, y los espacios de servicios com¬plementan las áreas de las construcciones.
El sistema constructivo de los inmue¬bles, utilizado por el Ing. Emiliano Z. López en la mayoría de sus proyectos, es a base de muros de adobe y ladrillo rojo cocido y pe¬gado con adobe o cal, y una estructura de madera soportan las cubiertas planas con enlosetado. Todos estos elementos forman una unidad y se insertan en la topografía del lugar. En este ambiente, durante el porfiria¬to y bajo la dirección del Dr. Enrique Gonzá¬lez Martínez, junto con Sixto Osuna y José Sabás de la Mora, se vivió un gran desarro¬llo cultural en la villa de Mocorito, por lo que se le señaló como la Atenas de Sinaloa. En mayo de 2004 el H. Ayuntamiento de Mo¬corito, con el apoyo de la Universidad Au¬tónoma de Sinaloa y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, declara como patrimonio histórico municipal al centro histórico de la ciudad de Mocorito.
El 10 de diciembre de 2009 la Secretaría de Turismo del Gobierno del Estado conce¬de a la antigua Atenas de Sinaloa el distinti¬vo de Pueblo Señorial.