Mocorito, Sinaloa.15 de Junio, 2018. LOCALSALVADOR ALVARADO, SINALOA PINCELADAS DE SU HISTORIAPag. 10 y 11ESTATAL UN TESORO DISCRETO: LAS SELVAS SECASPag. 13NACIONALRAFAEL DE PAZ GONZÁLEZ (1903-1983), MÚSICO, COMPOSITOR Y ARREGLISTA. PREMIO CHIAPAS 1981Pag. 16 y 17 www.lavozdelnorte.com.mx323COPA MUNDIAL FIFA 2018EL MUNDO ES UN BALÓN DE FUTBOL 02DIRECTORIOCarlos Antonio Sosa ValenciaDirector GeneralJosé Sabás de la MoraA.C José Ley DomínguezDirector FundadorMario Arturo RamosDirector EditorialUbaldo González OsunaCoordinaciónDistribuidores Solidarios:Juguisimos / Culiacan Sinaloa Navi Santoscoy / Monterrey NL Leticia Meza / Veracruz VeracruzColaboradores:· Juan Cervera Sanchis· Verónica Hernández Manriquez· Sylvia Teresa Manriquez· Faustino López Osuna· Roger Lafarga· Andrés Garrido del Toral· Nicolás Aviles· Teodoso Navidad Salazar· José Carlos Ibarra · Erika Pagaza· Francisco Tomás González Cabañas· Gilberto J. López Alanís· Sofía Mireles Gavito· Miguel Alberto Ochoa GarcíaCrédito en portada: Edicion de diseñoSuscripción y comentarios:redaccion@lavozdelnorte.com.mxRegistro ante la SEP-Derechos Reserva os-04-2009-120918501000-101ONLINE!FACEBOOKLa Voz del NorteTWITTER@LaVozdelNorteINSTAGRAM@lavozdelnorteLa primera edición del 9º añoDebemos comenzar nuestro noveno año con notas luctuosas, el pasado mes de mayo fallecieron en un lamentable accidente en su domicilio de la Ciudad de México, dos pilares de la Danza folclórica mexicana: Noemí Marín y Tizoc Fuentes; maestros y organizadores de grupos de folclor a lo largo de 50 años; maestros titulares en el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández, formaron cientos de alumnos que pasarían a formar parte de las compañías de esta institución, a la par tendrían su propia escuela, en donde se formaron generaciones de bailarines; los también investigadores (CENEDI DANZA), fueron parte medular en la preservación de nuestro folclor. QEPD. El 7 de junio, Día de la Libertad de Prensa, falleció el Poeta, docente y activista social, Leopoldo Ayala Blanco, a los 79 años. El aeda nacido en la Ciudad de México en 1939, entendió y vivió la poesía como un hombre comprometido con la palabra que canta a la justicia, entre sus títulos publicados se encuentran: Poesía joven de México (con Raúl Garduño, José Carlos Becerra, Alejandro Aura) Yo acuso, Vencer o morir, Y lo nuestro es la lucha, diferentes manuales de lectura, redacción, ortografía; tres días después al conmemorarse el 47º aniversario de la masacre de San Cosme ,conocida como Jueves de Corpus se le rindió un sincero homenaje y se recordó su participación en el CNH del Movimiento de 1968 y sus continuas actividades como maestro y escritor. Este editorialista lo recuerda con un fragmento de “Escribir un poema” de su autoría: Yo quiero decirte que para escribir un poema es/ necesario detenerse en el trabajo de todos/ acumular la sed de muchos/ ganarle al día / arriesgar la sangre o la memoria…. solo agregaré : qué falta haces Leopoldo, qué falta.Copa mundial de futbol FIFA, Rusia 2018.“Hay un contacto muy emocional con el futbol, una pérdida de la coraza civilizada, algo de tribu y de infancia. Cuando tu equipo mete un golazo te abrazas con desconocidos en las tribunas, a los que repentinamente te abrazas como hermanos del alma…” Juan Villoro.El Mundial de futbol, Rusia 2018 que arrancó un día antes de la edición 323 de La Voz del Norte, reúne a la elite del popular deporte profesional convoca a multitudes que lo idolatran en todas las latitudes; en México reúne a las masas que lo han convertido en su espectáculo preferido que provoca devoción, esperanza, frustración, polémica. En llanos y estadios donde se practica los jugadores son alabados o vituperados de acuerdo a sus logros o fracasos y, lo mismo sucede con entrenadores, utileros, masajistas y personajes que gravitan en torno a él. El Mundial futbolero inició y durante los próximos días será el tema que reine en conversaciones y discusiones, esperamos que lo disfruten, es nuestro deseo.EDITORIALARTE Sin arte vivir no es vivir realmente,pues vivir es un arte, ponle arte a tu vida y haz de tu vida un arte.Dios es el más alto ejemplo del artista de artistas.Dios es un sublime artista más que un sabio, aunque Dios es un sabio, pero un sabio artista.Toda ciencia está muerta si el arte no la alienta.Muerto está Donald Tramp aunque él crea que está vivo.El arte y sólo el arte embellece la vida y la enriquece, porque el arte es JUAN CERVERA SANCHISPOETA Y PERIODISTA ANDALUZamor transustanciado.Arte es un gorrión y una mariposa es un arte y arte es una rosa y un águila es un arte y arte es una muchacha y un niño es un arte.El amor, el amor es el arte de las artes y no hay mayor arte que el arte del amor, cultivemos el arte del amor y vivamos para el amor y el arte, pues sin arte, vivir no es vivir realmente, ya que vivir, vivir, vivir, oh si, es un arte.03* Doctora en educaciónEsta misma paradoja vehicula la definición del amor, a saber, dar lo que no se tiene. En esta fórmula está presente la paradoja de la inclusión. Para poder darlo, es preciso tenerlo de un modo que es el de no tenerlo. Por eso el amor y el goce están del mismo lado respecto del deseo. Tanto en uno como en el otro de lo que se trata es de este absoluto particular, a saber, este y no otro, que no puede ser cualquiera. (Jacques Alain Miller, 2010). Difícilmente se pude hablar de otro tipo de amor aunque hoy veamos que se nombra como tóxico, esta modalidad tiene una exagerada demanda al partenere, pareciera que el amor obstaculiza la razón si ésta pudiera expresarse libremente, ya que sabemos que lo razonante es producto de lo que la castración le permite al sujeto razonar. Todo amor se juega dentro del orden de la ambivalencia, en este sentido no hay amor sin odio, en algunas mujeres el amor tropieza con el narcisismo, haciendo imposible que ella ame, ya que su amor se encuentra dirigido hacia su propio cuerpo que le obstaculiza su entrega a, pero aún más frente a su narcisismo es poca cosa, y sin exagerar, muchos amores se juegan en esta función.Algunos amores portan el signo de caníbal, puesto que se ordenan dentro de la devoración llevando a su pareja hasta la destrucción en todos los sentidos, dejándola sin nada, sin recursos, sin vida, se lo comen vivo, lo secan, aplastan, someten y degradan hasta que queda sólo un forro seco, así como las víboras mudan de piel. El amor trastorna la razón ya que quién se encuentre muy enamorado le afloran pequeñas dosis de locura, de tal suerte que el amor será en las parejas una pequeña enfermedad con ciertas dosis delirantes, por ejemplo los celos, como condición constutuyente de la pareja, cuando se cree que el otro nos pertenece, asfixiando en su nombre nuestra pareja y sometiéndolo a nuestras pasiones.En la histeria el amor es muy loco, incluso se da un conflicto entre las identificaciones ya que para ser en nuestra sociedad, es necesario amar y ser amado si esto falta se entra en un conflicto con las identificaciones y el sujeto acaba arrojado al vacío. Algunos encuentran seguridad en el amor porque esa alienación con el otro permite hacer soportable la vida, aunque ya enamorados se transite hacia la locura, la alienación es una prótesis donde descansa el cuerpo, y una vez sometido a la pareja, ésta algunas veces funciona como andadera. El sujeto enamorado puede creer que así enfrentará y desafiará al mundo, esto es la ingenuidad del enamorado.Pero al amor lo nutren los pequeños detalles, algunas sorpresas, también uno que otro poema, esto permite condescender al deseo para que ahí algo insista, y se sostenga ya que el amor no es eterno. Sin embargo, serán también otros pequeños detalles los que acabarán con el amor, en el caso de la estructura histeria el amor asume una identidad heterea, platónica, es metaforicamente un sueño que para algunos se hace realidad, pero a la vez implica cierta dosis de sufrimiento más aún cuando los amores son empalagosos. Se puede decir que el amor entra por el detalle, decir además que algunos amores son muy locos, así lo menciona Jacques Alain Miller en su texto Los divinos detalles, y habla de fcómo Jean-Jacques Rosseau queda flechado por Madame d’Houdetot, a quien llama “el único amor de mi vida”, el divino detalle que transporta a Rosseau es el momento en que la ve llegar a caballo vestida de hombre, ese detalle lo supera a él, y en ese momento surge el amor. Este flechazo, travestido que vivencia Rosseau, lo coloca en una dimensión psicotizante, ello no impide que sea un signo de amor, que arropa su deseo no sin delirio, lo único que estabiliza es ese reconocimiento al otro mujer, que lo hace amar, encontrando ahí cierta estabilización que mantiene el lazo, permitiendo a Rosseau ser un educador de las masas, aunque el cuerpo del hombremujer que lo tocó sea un cuerpo falicisado.AMOR HISTÉRICOVERÓNICA HERNÁNDEZ JACOBO04* Autora y productora Radio SonoraSuena el vientoSuena el vientoa la voz de un hombre muertoa lamento de mujer…Suena y llegaa volarme la cabezaa morderme la razóna enfriar mi cuartoa inventar en qué mentirmea ver si grito.…puede hablar tranquilo mientras te estrangulapuede andar de día, puede andar de noche…duermo con los dedos sobre el pechoquiero probar la felicidadquiero creer que se puede andar¡libre! por las calles. José CruzQué el trabajo de las y los periodistas hace visibles los problemas y logra respuestas y que ejercerlo en nuestro país se ha vuelto un acto prácticamente suicida; que son objeto de linchamientos a través de las redes sociales cuando lo que se dice o se escribe no agrada, dijo Rafael Cano Franco, también exigió a nombre del Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores las condiciones suficientes de libertad y trabajo para ejercer esta profesión de manera libre y sin ataduras. Dolorosa exigencia cuando se recuerda que tenemos décadas reclamando el derecho a informar en libertad, sin temor a la mordaza que aniquila plumas, voces y vidas.Causa escalofríos la terrible y silenciosa certeza de las palabras de Cano Franco, cuando se conocen los nombres de seis colegas a quienes se les cegó la vida en lo que va de este 2018. José Gerardo Martínez periodista de El Universal; Carlos Domínguez periodista independiente, autor de una columna política, trabajó en El Diario de Nuevo Laredo, Tamaulipas; Leobardo Vázquez Atzin laboró en La Opinión de Poza Rica y Vanguardia antes de fundar su propio medio llamado Enlace informativo Regional en Veracruz; Juan Carlos Huerta conductor del programa de radio Sin Reservas en Tabasco; Alicia Díaz González colaboradora de El Financiero, en Nuevo León; y Héctor González Antonio corresponsal del diario Excélsior en Tamaulipas. El viento suena a necesidad de cambiar este país que sigue siendo el más peligroso del mundo para ejercer el periodismo. Si, el viento suena a voces repetidas en los señalamientos de inseguridad e impunidad.Contundente el mensaje dado por Rafael en la Segunda Entrega de Reconocimientos y Preseas del Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores, que se llevó a cabo hace unos días en la ciudad de Mérida, Yucatán. Actual presidente del Foro, recordó la reflexión de un colega de la capital yucateca que resume la realidad: en México hay libertad de expresión pero no de expresarse. No se puede permitir que sea censurada, coartada e intimidada por quienes buscan control de todo tipo, incluido el político.Coincido con él en que en un país de libertad y democracia la prensa libre debe ser factor fundamental y básico del desarrollo de la sociedad, nuestra sociedad, la que habitamos y tramitamos todos los días para nosotros y para quienes nos acompañan.Por eso destaco el posicionamiento del Comité Ejecutivo Nacional y las y los periodistas que conforman el Foro, dejando claro que en la actual contienda electoral se observan dos proyectos distintos para México, y aunque a las y los profesionales del periodismo no les toca decir cuál es el mejor, si les toca informar, hablar con la verdad y señalar lo bueno y lo malo.Es un posicionamiento que exige respeto al trabajo periodístico y a la opinión, porque necesitamos que el viento del presente deje de sonar a miedo, represalias, venganzas y muerte, porque merecemos un viento que suene a civilidad, respeto y libertad. SUENA EL VIENTOSYLVIA TERESA MANRÍQUEZ05* Economita y compositorEEl pasado domingo lo volví familiar. Por la mañana fui a Mazatlán a llevarles ciruelas de la temporada, a mis hermanas y sobrinas. Por la tarde, allá mismo, entré a un café de la Gran Plaza a escribir en la computadora y abrir y contestar correos. Al darme la hora para comer, encontré un lugar de venta de hamburguesas, pedí una que incluía refresco de máquina, aunque normalmente yo evito las bebidas frías por problemas bronquiales de toda la vida. De regreso al estacionamiento, pasé frente al cine y aunque hace mucho que no veo una película que no sea por la televisión, al darme cuenta de la hora que era, después de las 5 pm, decidí dejar el cine para otra ocasión, pues me absorbería mínimo dos horas y saldría después de las 7 pm, ya de noche, cosa inconveniente para andar en carretera. Así que enfilé al pueblo. Quise cargar gasolina en una estación de la calle Rafael Buelna, pero me dijeron los empleados que no había. Cargué en la gasolinera de la calle Santa Rosa y tomé la autopista con rumbo a Villa Unión.Huelga decir que me conozco hasta qué baches hay en los 35 kilómetros de la carretera Mazatlán-Aguacaliente y los señalamientos de velocidades máximas, Uno que se complica es el que está puesto justo en el entronque de la carretera con la calle principal del poblado Caleritas. De sur a norte, viene uno a 80 km por hora, pero en ese punto, sin advertencia (baje velocidad, poblado próximo) aparece 60 km por hora. Y en menos de 100 metros aparece de nuevo 80 km por hora. Lo de menos es hacer los dos cambios de velocidad. Lo que complica las cosas es que enseguida (sur a norte) hay varias patrullas federales bajo los puentes de las autopistas Tepic-Mazatlán, Tepic-Durango revisando puro tráiler cargado de mercancías y se alcanza a divisar si uno se pasó los 60 km de Caleritas.El caso es que, como todo mundo sabe, desde hace muchos años ya no hay seguridad para transitar por carreteras en el país. Menos de noche. Hermanas y amigos me hospedan en el puerto si alguna vez se me hace tarde. Por otro lado, de tanto trabajar en la administración pública, un día un chofer de un gobernador me pasó el dato de que para ellos era obligatorio correr a más de cien km/h y no dejarse rebasar, por seguridad. (Aparte de las escoltas bien armadas). ¿Crees que les importan las velocidades obligatorias? (Ni a las ambulancias, por llevar moribundos, ni a los policías de tránsito, por algún operativo). ¿Te imaginas a un presidente de la República o un gobernador transitando a 50 o 60 km por hora y sin escolta?, me preguntó. ¿En qué país vives?El domingo pasado, después de rebasar (de norte a sur) el entronque del aeropuerto y el de El Recodo, en el tramo que está entre unos empaques de Humberto Rice y El Pozole, en plena oscuridad, con las torretas apagadas, estaba una patrulla de la Policía Federal de Caminos y, su conductor, al pasarlo, me dirigió la luz de una linterna de mano para que me parara. Instintivamente vi el tablero: 106 km por hora. Yo sabía que la máxima ahí era de 90. Unos metros adelante me orillé y me detuve. El agente fue directo: “Lo voy a tener que infraccionar porque, según el radar, viene usted a 107 kilómetros por hora y la máxima es de 90. Permítame sus documentos, por favor”. Me llamó la atención que anduviera solo, sin compañero, como se acostumbra, más de noche. “¿A qué se dedica usted?”, preguntó. Soy maestro pensionado y compositor, le respondí. En silencio, batallando con la linterna en la mano izquierda, siguió llenando la infracción sobre el cofre de la patrulla. Cuando la terminó, me dijo que ya no retenían documentos y con la infracción me regresó la tarjeta de circulación y la licencia. Y agregó, seco: “Buenas noches”.El resto del camino (unos 15 kilómetros) me fui pensando que, igual que los pájaros cuando al oscurecer se les acaba la luz solar, regresan al nido como una pedrada, a la máxima velocidad que les es posible, por temor a la oscuridad y a los depredadores, todos los vecinos de la región hacemos lo mismo, por elemental instinto de conservación o supervivencia. Esto lo sabe bien el agente de tránsito y, sin violar la ley, infracciona con la mano en la cintura o en el radar, a cuanto incauto como yo, rebasa los siete kilómetros arriba de los cien que el instinto de seguridad obliga. Y las cosas ocurren como si fueran opcionales: tú decides: a menos de cien, la inseguridad de que te puede alcanzar el crimen organizado; o a más de cien, la seguridad de una infracción de tránsito. Para que veas que sí hay seguridad, cómo no.Todavía al llegar al pueblo encontré sobre la pizarra de la plazuela el montaje de un templete del PRI con unos artistas del llamado “reguetón” pintarrajeados como payasos, repitiendo monocordemente (monótono, sin variación) la palabra Mid, ante un escaso número de niños. A unos vecinos les pregunté si no era cierto que el INE prohibía la utilización de espacios públicos para pegar anuncios o hacer publicidad electoral. Me respondieron que antes que los del PRI ya lo habían hecho los del PAS. (Ahora hasta por celulares están encuestando como anti propaganda electoral sobre el fuero, y el INE bien, gracias).El lunes, quién sabe si debido al refresco helado que tomé en Mazatlán o al estrés, pesqué una fenomenal gripa cuya secuela, aún hoy, sigo padeciendo. Habrá que pagar “La infracción en tiempos Electorales”, parafraseando al de “El Amor en tiempos del Cólera”. Amén. INFRACCIONAN AL AUTORDEL HIMNO DE SINALOAFAUSTINO LÓPEZ OSUNA06LA TAZARodajas secas de café serpentean sobre la mesa, un trozo de pan con mantequilla cicatriza la mordida más reciente, libros compilan impresiones, un lápiz recorre, practicante y a costa de su propia longitud, el maratón interminable de la caligrafía; austera, la goma censura.Apócrifa, turgentes contornos y por eso furtivamente espiada –miradas que lamen- por machos lascivos, cabecea, somnolienta. Por el espacio frío que tiene entre las manos, con largos dedos redondeó la taza, apuró un sorbo… ¡Y saltó el recipiente!Mientras el café hacía olas entre apuntes, reseñas, borradores, un libro apenas a medio abrir y sobre el pan hambriento de tarascadas, ella extrajo a toda prisa del morral un paliacate de manta, donde había aún moronas del pan multicitado, -ya para entonces tembloroso- y, sin tramitar la sesuda reflexión que la previsión exigiría, colocó en su nariz el pañuelo, tratando de atajar ¡Un estornudo! Pero las migajas, mezcladas con moco, saliva, ansiedad y vergüenza, fueron a dar justo en los ojos, bajo las gafas, a las orejas, parte del rostro y algunos cabellos, de su persona.¡Un resorte angustioso la puso de pié! Heroica ante las miradas burlonas y las risitas apretadas que reventaban como palomitas de maíz entre los parroquianos, se quitó las antiparras, las puso sobre el libro, ahora cerrado y humedecido que examinaba y se dirigió al baño, - como quien presa de bochorno debe observar natural cordura-, a lavarse la cara. Accionó el grifo, hizo de sus manos un cuenco y llevó el agua hasta su frente, luego alzó la cara para mirarse en el espejo, buscando alguna parte que faltara de lavarse.“¿Por qué miras la vida como a través de un espejo?” Se escuchó desde adentro del espejo.“¿Cómo a través de nuestro cuerpo roto?” Dijeron a coro todos los fragmentos de un espejo más, en añicos adheridos dentro de un maltratado marco de aluminio. “Todos los espejos somos uno y el único espejo universal, aun cuando nos veamos como espejos hechos trizas” Comentó, sabihondo, el espejo principal“¡Sí, roto, evidentemente roto!” Replicó un espejito de bolsillo que alguien habría olvidado sobre el lava-manos y preguntó a quien los visitaba:“Tú… ¿Eres un espejo…roto? ¿O qué clase de espejo eres?“¡Claro que no!” Gritó ella. “Yo solo quiero lavarme la cara. ¡Y ya basta, no quiero escucharlos”“¿La cara de espejo…?” Continuaron. “¿Roto?” Insistió otro, sardónico.“¿De modo que tienes cara de espejo roto?” Fue una vocecita chillona y delicada.Haciendo como si nada hubiese presenciado, Apócrifa terminó de lavarse y cortó un trozo de papel seca-manos, para luego restregárselo en la cara.Ya sin moronas por la vida, giró sus pasos hacia la puerta con la intención de regresar a la mesa que ocupaba y, apenas traspasado el umbral del baño, un gesto acre la crispó a tal grado, que se le erizaron los pelos del alma: Cintilaban gotas de agua suspendidas en los fríos tendederos; había un olor a aire limpio y estaba ahí el silencio propio de cuando, tras la lluvia, todos duermen.Una amapa florida observaba la humedad abandonada en las sombras del patio.Escarabajos procesaban heces; sapos, ausentes por qué habrían huido quien sabe a dónde o por qué, enterrados en anhidrobiosis, hartos de pedradas, proyectos urbanísticos, programas ambientales y sobre todo hastiados de tanto marginal desprecio, pues… simplemente no estaban. Las tapias eran ya ladrillo carcomido y las estrellas se miraban dobles; coronadas por su propia imagen, asomaban entre nubes que escapaban de la próxima tormenta.Perros olfateaban perros, ladridos rebotaban de poste en poste, hasta perderse en los arroyos, a las afueras del suburbio.Polillas, aún aladas, erizaban las paredes de las casas -desnudas como es propio de las casas paupérrimas- y una puerta parapetada con viejos tablones plañía, lastimera, tras el golpe del viento, del mismo viento que escardaba sus caireles contra las tronchadas varillas de metal.A capricho lunar, la sombra del árbol se fue desplazando como un extraño reloj nocturno, ahí donde, famélico de solemnidad, el único habitante humano en aquel armatoste, parecía a la espera de algo, mientras contemplaba de reojo la mancha de hormigas, creciente marabunta rojinegra que, en un cínico abuso –casi universitaril- de democracia, parcelaba las patas de una mariposa malherida.Trascendido que hubo la habitación, la sombra del árbol dejó de ser sombra y se hizo mujer; el rostro del hombre, un puño crispado hasta entonces de arrugas verticales, pareció relajarse, tal vez intentó sonreír y en la mueca retráctil de aquella expresión, pinceló la esperanza.Un golpe de luna pegó en el cuerpo de la mujer y entonces Apócrifa supo que estaba desnuda, desnuda totalmente y esperando el momento de ¿Bañarse?Jamás había sentido su cuerpo tan contrito, tan semejante al animal desvalido cuando con la mirada suplica se le ignore, se le deje simplemente seguir siendo lo que es.Cuando la luna llegó justo al cenit, las hormigas acordaron por fin, como llevarse los restos alados de la mariposa y dispersó sus flores la amapa.La muchacha comprendió ya para entonces que no le quedaba más remedio que bañarse; toda vez sin mugre por el mundo, salió por la puerta única del baño y en la pared, a su derecha, el teléfono público que jamás estuvo ahí, la obligó a buscar en el entorno algún punto de congruencia.Otra vez el silencio se había ido y toda la gente que minutos antes ahogaba una risilla, miraba a la hembra con la brutalidad orate que es propia de lúbricos patanes; parloteando comentarios sin sentido, rayaban servilletas y, gesticulando, arañaba cada quien su espacio contra la presencia de aquella visión inadmisible.¡Ella sólo portaba una pulsera! ¿Y por qué estaba ahí?Escapar era apremiante; volvió desesperada al baño y pasó al apartado del retrete, la muchedumbre, avispero alborotado en vísperas de ataque, preparaba el linchamiento.La gente empezaba a murmurar, luego a recriminar en voz alta para terminar gritando que aquella mujer estaba enferma de locura y que de ser posible matarla, se curaría; que según esto, ella tenía una larva gigantesca…”“¡No, no es larva, es gusano! Gritó el sujeto gordo que mordisqueaba un puro.“¡Mira, estúpido!” Dijo un hombre bajito, cuarentón y con ROGER LAFARGA07*Homeópata sinaloense IPNun tic en el pómulo izquierdo:“¡No se trata de gusano alguno! El gusano es un nematelminto y es ya una forma adulta, una larva es otra cosa.” Y agitaba, frenético, fórmulas, nomenclaturas y autores con que avalaba su dicho.Otra media docena de comensales presentaba libretas, bolsas de papel, hojas de programas teatrales y hasta manteletas de servicio para comer, con teorías a cual más descabelladas y garabateadas al reverso.“¡Hay diferencias!” Apuntó aquel, el de bufanda ocre, sombrero verde botella y gafas de carey.“Pero al caso viene siendo lo mismo, por donde se le busque.”“¡Pues vas a perdonarme, chulito, pero no, no es lo mismo!” Exclamó una anciana con acento extranjero, ella también extranjera y por cierto indocumentada. “Porque fíjense bien y observen que se trata de un ácaro en forma de gusano, es, pues, uno de esos asquerosos animales minúsculos, con cuatro hocicos y que anidan en la raíz de las pestañas, pero… ¡Veinte veces más grande! ¡Se trata de un riesgo de salud pública! ¡Imaginen esos bichos circulando en las calles, en los parques, en mercados, aeropuertos, estadios, escuelas, templos… regando sus cochinas excrecencias viscosas, pestilentes! ¡Ay, no qué horror!Otra voz: “¿Se trata, luego entonces, de una larva detrás de la nariz?”“¡Basta, lo que sea, hay que matarla, es el único remedio!” Agregó el que recibía en ese momento la cuenta, dos horas antes requerida.“¡Pero… tendríamos que matar a las dos: a la mujer y a la oruga!” Eructó un ebrio.“Obvio, si matas a la una, matas a las dos” Le respondió su análogo, borracho también.“¿Y eso dónde tiene lo obvio? ¡Por Dios! Sé lógico, imbécil, aprende a pensar.” –Dio en contestar por ahí, a mátalas callando, uno de esos eruditos fósiles en los cafés.“¡En la nariz, está detrás de la nariz, hay que darle en la nariz!” Fue otro grito, carraspientoY un culto señorito, de oficio locutor:“¡Ajá! ¿Justo decís, tras la nariz? ¿Será en etmoides, será en esfenoides? ¡En fin…!” Suspiró.En tanto, defensores de especímenes raros, filmaban la escena y retransmitían, en tiempo real, lo sucedido; flamearon pancartas, furibundas activistas exhibían sus pechos al desnudo y todos, al unísono, coreaban: “¡Se ve, se siente, la oruga está presente! ¡Se ve, se siente…!”“¡Que no es oruga, es la nariz!” Replicó la señora del puesto de revistas, que en ese momento entraba, a cambiar su moneda fraccionaria, por billetes de alta denominación Y en el baño, un espejo desde el suelo: “Así que eres un espejo con nariz… ¿De oruga?”Y la angustiada mujer escalaba las paredes, buscando el tragaluz donde un colibrí revoloteaba.Pasandito la calle, un imberbe patán adiestrado para tiempos de guerra, trepado en un bulldozer, perros de rastreo y granadas de fragmentación, destrozó el frente del local y se instaló sobre mesas y sillas que aplastara -comensales incluidos- y apuntó un laser desde el techo de la máquina hacia el baño. “¡En cuánto salga!” Dijo.Sin inmutarse y sobre los escombros que quedaron de su prolongado desayuno, una doctora en ciencias con acentuación en orugología: “Si la oruga se transforma en mariposa… volará y la gente ya nunca, óiganlo bien, jamás, podrá volver a tomar café… pero ¡Qué calamidad!”“¿Ya no podremos volver a tomar café? Preguntaron en la mesa de los vagos -como si en los cafés hubiera de otras mesas- y alguno arengó, engolado:“¡Vamos por ella, compañeros, esto ya es una cuestión de seguridad planetaria!Y allá van todos, seguidos del bulldozer y en tropel.Vomitando pánico, abrió la muchacha un ángulo entre dos paredes, corriendo una cremallera tras el retrete, junto al último espejo, que murmuró: “Somos todos un espejo, pero tú… ¿Qué fragmento del espejo eres? ¿Un espejo roto con alas de mariposa?”La gente, como un calamar de innúmeros tentáculos, ya la sujetaba; justo cuando abandonó el recinto y apareció en el patio de la casa, donde estaba por llegar la madrugada.Ya no durmió; se recostó en la banca junto al árbol y dejó que la llovizna jugara con su pelo.Más tarde, se presentó en el café; un enjambre de miradas la aguijoneó a su paso.“Y ésta, qué hace aquí?” Murmuraban.“Pues… aquí… está.” Contestó alguno, recién llegado. “Aunque finalmente ¿Cuánto puede importar si está aquí o en cualquier otra parte?” Agregó.Apócrifa se acomodó en el asiento, puso las cansadas sienes entre sus manos temblorosas y sacudió la cabeza.“Limpié sus lentes, señorita, estaban… empañados” Dijo la mesera en turno y añadió:“¿Más café? Aunque… estamos casi por cerrar”.“¿Eh…? Gracias, qué amable! Pero, no… café ya no, traiga mejor un vaso de agua ¿Sí? Un vaso de agua nada más, por favor.” Recalcó, somnolienta, luego parpadeó, miró en derredor y… Nadie… ¿Nadie? Nadie, sólo ella…Entonces sobre la mesa, lloró subrepticiamente, una amarga- fría y sepia gota de café, la taza.08ANDRÉS GARRIDO DEL TORALExisten y existieron negocios en mi levítica ciudad de Santiago de Querétaro que conservan lindos y cándidos nombres como “La Única”, “La Balanza”, “El Faro”, “La Favorita”, “La Flor de Querétaro”, “La Luz del Día”, “Tacos El Chino”, “Tacos El Güero” etc. Pareciera que todas las taquerías semifijas deben llamarse Chino o Güero porque si no, no venden. Pero bueno, esta candidez llegó a su fin una vez que llegó un centro nocturno con el rudo nombre de “La Yegua”, al que los viejos nacos llaman simple y cariñosamente “La Yegüita” o la “Yerry” en el colmo de la naquez. Explica el cronista gastronómico Vicos Correa Granados que el nombre de este non santo lugar proviene de su fachada original que consistía en dos yeguas pintadas sobre el amplio portón, que cual Cancerbero vigila noche tras noche el compadre Cachuchas.A este procaz nombre siguieron otros como “La Iguana”, “El Punto G”, “La Changada”, “La Escondida”, “La Corneta” etc. Pero hoy, y desde hace algunos años, José González Piñuela y Pedro González Rivas se volaron la barda con los exóticos nombres que le pusieron a sus prestigiados changarros: Josecho abrió “El Coyote Marino” y Pedro “La Selva Taurina”. ¡No inguen caones! ¿De cuál fumaron o se metieron? Que alguien me explique: ¿Cuándo han visto un coyote marino o una selva taurina? He visto leones marinos pero no coyotes, que más bien son del desierto y semi desierto. He recorrido selvas tropicales pero también selvas nevadas (España) y selvas negras (Alemania) pero nunca donde haya toros y menos fiesta brava. Quizá las plazas de Colombia y la de Mérida en Yucatán sean lo más cercano a esa idea de Pedro, pero a mí me siguen sonando ambas denominaciones a una mafufada aderezada con ricos platillos y suculentas beberecuas, eso sí. A las puntadas de Pedro y Josecho agregamos a ese chinche anuncio radial de “Santa Andrea”. ¡No mameyes que es de fresa! ¿A qué grifo se le ocurrió esta ideota idea? Andrea no es vocablo femenino, es masculino, como yo, pero en italiano, y en alemán es Andreas. Esto es Andrés en español, que a su vez, en griego, significa etimológicamente “bello y masculino”, aunque se rían envidiosos. San Andrés fue un apóstol original, medio cobardón, de los primeros que anduvieron con Jesús, hermano de San Pedro y al que se le encomendó la evangelización de Grecia y los Balcanes. Es uno de los llamados Apóstoles Mayores y no tiene correlativo femenino. Santa Andrea es una jalada a dos manos y le regalo mis pecados más mortales al que me demuestre que hay una santa Andrea. Antes de andar poniendo nombres mamucas mejor consulten el santoral. Es como si mi hermano Vicos Correa Granados bautizara un negocio de carnitas como “El Puerco Volador” o “El Marrano Limpio”. Es como si le pusiéramos a un congal “El Burro eunuco”. En cambio, mi amigo Armando Rivera Castillejos y sus socios le atinaron llamando a su restaurante ubicado en Universidad y Bernardo Quintana como “Río Quintana”, que si bien no existe ese río ni en Querétaro ni en Timbuctú, sí me parece un ingenioso juego de palabras para hacer referencia que está en una esquina que forman el Boulevard Quintana con el Río Querétaro. Les vendo un puerco marino, grifo y toreador.NOMBRES MAFUFOS DENEGOCIOS QUERETANOS* Doctor en derecho, cronista de Querétaro09NICOLÁS AVILÉS Dado el calor que se despliega en verano en estos lugares, el interior de esta “casa” debe llegar a tener una temperatura cercana a los cincuenta grados, por los materiales de que está construida y por lo bajo del techo. ¡Y ahí vive gente!Esta vivienda es un ejemplo de supervivencia humana; es el referente de la pobreza extrema y demuestra lo caprichoso y la adaptabilidad al medio ambiente de los seres humanos. Algo similar a esto ¡nunca lo había visto!Muy al principio los habitantes de El Batarete eran jornaleros que prestaban sus servicios en el campo o para la Asociación de Productores de Caña o Círculo Regional Cañero, que necesitaba mucha mano de obra para siembra, corte de maleza o taspana, y para los riegos de los lotes cañeros; entonces, las casas eran remedos.Me atrevo a hacer esta consideración ya que la compañía les proporcionó viviendas de madera, techo de lámina piso de tierra y luz eléctrica en el interior para sus trabajadores. Cabe aclarar que eran palacios, en comparación con muchas casas de este asentamiento. Las de los obreros, muchas tenían servicios urbanos indispensables, como agua entubada y energía eléctrica que les proporcionaba el ingenio Rosales.Había distinción y calidad en las construidas para los ingenieros, que eran de cal y canto y con diseño; los jefes vivían en mansiones dentro de la compañía. El Batarete no tenía luz ni agua entubada. Este líquido les llegaba por medio de barricas, mientras a muchos obreros les llegaba entubada. Tuvieron electricidad años después hasta que llego la Comisión Federal de Electricidad a Costa Rica a mediados de la década de los sesentas.Ignoro el motivo por el cual trazaron El Batarete de esa manera tan especial, pero de lo que si estoy seguro es de que ninguna autoridad metió la mano para dirigir las cosas, y la gente las hizo a su modo. El gusto de las personas es a veces complicado, abigarrado y caótico; en este lugar se expresaron las fuerzas más obscuras y profundas del ser: de estos caprichos nació El Batarete.Después de pasear por sus calles me surge una duda; ¿qué fundaron primero? ¿El Batarete o el panteón? Si fue primero el panteón, este sirvió de ejemplo para el diseño de El Batarete; si fue primero El Batarete, sirvió de modelo para la construcción del panteón. En lo que sí no me queda duda es en que fue la misma persona la que concibió ambos lugares. Otra cosa de la que estoy seguro es de que en ninguna ciudad o pueblo que he conocido existe un desmán como se ve en ese pedazo de Costa Rica llamado El Batarete. * Autor y médicoEL BATARETE3RA. PARTENext >